miércoles, 1 de diciembre de 2010

GRACIAS CAUTIVO, GRACIAS SEÑOR, POR HABERME HECHO…

 
Quiero expresar y contar a través de este espacio lo que se siente ser un Peregrino del Sr. Cautivo de Ayabaca. Lo primero que sentía en mí era el gran deseo de algún día tener la oportunidad de peregrinar y esto se veía opacado por el temor de resistir la larga caminata que se tiene que hacer, lo segundo era buscar compañía para poder caminar, ya que en algunas oportunidades algunas personas me comentaban los peligros a los que un peregrino está expuesta; por eso lo mejor y seguro es caminar con personas que tengan el espíritu de ser peregrino y todo lo que puede significar esta corta palabra.
Para mí, ser peregrino es una experiencia inolvidable y muy bonita a pesar de todo lo que se tiene que sufrir, se pasa sed, hambre, cansancio, corres el riesgo de deteriorar tu salud, a medida que pasa el tiempo la resistencia de tu cuerpo es más débil por el cansancio que llevas acumulado, se tiene que improvisar con el poco equipaje que puedes llevar sobre tus hombros en los ranchos que la gente aprovecha para vender comida y que acondiciona sacos en el suelo para sobre ellos montar “tu cama” de peregrino, por lo que te expones al frio, a que te piquen los zancudos y hay que dormir corto tiempo en las noches, porque generalmente hay que despertarse temprano para caminar y aprovechar que el sol todavía no calienta, todo esto para evitar las caminatas en pleno sol ya que estas son más agotadoras, en el trayecto se atraviesan ríos donde se aprovecha para darse unos ricos y refrescantes baños.
Sin embargo se sufre todo esto, pero muchas personas que camina y que van con una fe hacia nuestro Sr. Cautivo tienen espíritu de Peregrino y te ayudan con las pocas limitaciones que tienen lo que hace que te contagies y también correspondas a esto. Por ejemplo en mi caso el primer día me salieron ampollas y un “hermano” me sugirió que me ponga medias y camine con sandalias, lo que empecé hacerlo sin embargo mis medias no eran las adecuadas y mientras hacía esto, del grupo de gente que yo no conozco apareció un “hermano” y me ofreció un par de medías nuevas y simplemente me las obsequió a cambio de nada porque yo le dije cuanto costaban y solo me dijo que no tenía costo, a lo que le agradecí mucho y luego ya no lo volví a ver.

Fue un viaje que me duro 7 días, camine 6 días y un día descanse, porque la hermandad con la que hice grupo así creía conveniente para evitar complicaciones entre los “hermanos”.
Mucha gente aprovecha esto e improvisa sus ranchos para vender comidas y bebidas, esta gente está ubicada a lo largo de todo el trayecto, todo esto es una feria que se  vive por lo menos 8 días intensos, y prácticamente hay gente de varios puntos del país, preguntando me comentaban que había hermandades que venían de Tumbes, Chiclayo, Lima y el Callao y de prácticamente todo el departamento de Piura.
En esta oportunidad no encontré ningún apoyo de las autoridades que ayuden a toda esta gente; y por el camino en un solo lugar encontré servicios higiénicos (letrinas) y fue en La Obrilla donde poder hacer las necesidades por lo que la gente tiene que prácticamente dejar ensuciando todo, así como tampoco existen depósitos de basura por lo que la gente tiene que dejar tirando botellas, bolsas, papeles y toda la basura que tiene que dejar; ninguna autoridad apoya, tampoco los “ecologistas” que dicen cuidar el medio ambiente de las contaminaciones y aquí ninguna luz de ellos dando su apoyo y consejos.

Entre otras anécdotas que puedo contar fue que en un lugar llamado Puerto Pizarro me provoco ir hacer mis necesidades y me puse a preguntar a los lugareños donde había una letrina y me dirigieron a una de ellas, sin embargo cuando llegue al lugar me encontré con la grata sorpresa, estaba asegurada por un alambre y empecé a abrir y todavía más sorprendente mientras hacía esto apareció una luz de una linterna que me enfocaba y que me prohibía abrir la puerta y en realidad no entiendo esto porque tenía que estar cerrada cuando estos sitios son de uso público.

En Montero el único sitio donde la iglesia en apoyo con algunos pobladores ayudaba a los “hermanos” peregrinos curando de las ampollas y haciendo masajes para aliviar los dolores que se sufren, también aquí en una casa se encuentra un espejo donde se ven tres imágenes, el Sr. Cautivo, Jesucristo y La Virgen María.
A dos horas de llegara a nuestro destino final Ayabaca cerca a un lugar que se llama la Nariz del Diablo, a una “hermana” le estaban brindando primeros auxilios porque se había desmayado, luego más adelante la llevaban en huando pero ya estaba consiente.

Llegamos a la ciudad de Ayabaca a las 3:30 p.m. y formamos una cola por orden de llegada para llegar adorar a nuestro Señor Cautivo  y nos desocupamos aproximadamente a las 10:00 p.m.; luego hay que ir a descansar y la gente de Ayabaca te alquila cualquier espacio de su casa para dormir y en esta oportunidad encontré precios desde 2.00 hasta 6.00 soles y depende como este el sitio si esta bajo techo cuesta más y si esta a la interperie es decir su corral 2.00 soles.
El regreso lo tenía que hacer en carro, así que fuimos a buscar uno y también aquí es otro sufrimiento hay de todos los precios, un camión cobraba 15 soles, una combi improvisada 40, en las agencias de transporte de la ciudad cuesta hasta 60 soles.
Toda esta experiencia fue muy hermosa y solo me queda decir:
  
     Gracias Cautivo, Gracias Señor
      Por haberme hecho llegar con bien
    
      Gracias Cautivo, Gracias Señor
      Por haberme hecho llegar con bien





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